jueves, 5 de enero de 2017

EN SALAMANCA...¡LAS TAPAS DE GONZALO!.

Cuando hablamos de la ciudad de Salamanca, hablamos de palabras mayores.Sin lugar a dudas, esta ciudad es un referente de la gastronomía Nacional, donde sus elaboraciones en sus tan diferentes lugares son muy cuidadas, son perfectamente logradas y son platos que conservan ese espíritu tradicional que es la columna vertebral de nuestra gastronomía, con esas fusiones o pinceladas un tanto acorde con los tiempos, por ello si hay un lugar que ha sabido mantenerse en el tiempo es este, EL MESÓN DE GONZALO que es padre y nunca mejor dicho de este lugar del que os voy a hablar, LAS TAPAS DE GONZALO.
Dicho lugar se ubica en uno de los rincones mas bonitos de España, y mira que España es preciosa, pero como la Plaza Mayor de Salamanca pocos lugares y ahora en Navidad, mucho mas.
Siempre que vengo a Salamanca, no puedo evitar acudir a su plaza, donde la historia habla por si sola, la de plaza y las que algunos tenemos en ella, donde nos recuerda a esas tardes de domingo fríos estudiantiles, a noches de sábado, a hermosas noches de verano mirando las estrellas, a esa sensación de que el tiempo se detiene aquí, es un lugar impresionante.
En dicha plaza hay bastantes lugares para desayunar, almorzar, tapear, comer, merendar, cenar, recenar e incluso para tomar una copa tranquílamente, de todos ellos siempre que voy mi visita obligada es a esta casa, LAS TAPAS DE GONZALO.
En muchas ocasiones he estado, me encantan los lugares así, elegantes, bien cuidados, el trato, la calidad de sus productos, el buen gusto con la decoración, con los cubiertos y vajillas y sitios así en los que te tienes que fijar en todo porque es digno de ello, detalles cuidados al milímetro.Muestra de ello es la cantidad de altas personalidades han pasado por aquí, el equipo de Master Chef, cantantes, futbolistas, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy e incluso hasta esa representación de la Corona como la Reina Doña Sofía no hace mucho.

Tras el paseo de la mañana por sus calles, las respectivas compras navideñas por el centro y el recorrido por la plaza, llega la hora de reponer fuerzas y una vez mas aquí, en este lugar, porque creo que el que prueba repite, así de claro, porque sin mas, es muy bueno.



Con ese frío de principios de Enero como solo hace en Salamanca, que sensación tan agradable poder entrar aquí.Donde en la parte de la entrada se encuentra la barra y sus tapas, donde en algunas ocasiones hemos comido de tapas y perfecto, pero esta vez, nos apetecía volver a comer tranquílamente en su acogedor comedor.


Para subir al comedor hay que subir unas escaleras, el local por su ubicación es así, donde podemos apreciar unas vitrinas con una exquisita selección de vinos, una limpieza de la que no todos pueden presumir y un ambiente muy cálido, para los que no acabamos de acostumbrarnos al frío de Salamanca.




Su comedor es precioso, tranquilo, confortable, con buena iluminación, con una elegancia y un buen gusto que no me cansaré de repetir y así, llegamos aquí.
En este caso sin disponer de reserva (creo que es correr mucho riesgo presentarte aquí sin previa reserva), por lo que pregunto a un joven camarero que se disponía a dar el servicio de comidas que no tenemos reserva, muy amablemente nos dice que no hay problema, que es buena hora todavía y podemos comer.
De las mesas que hay en el comedor, creo que no son mas de 8 o 10, tan solo había ocupada una, la de un ventanal con vistas a la plaza.Yo de momento vi la que quedaba libre y el encargado de sala nos invitó a sentarnos en la mesa que del ventanal, con vistas a la plaza, algo que no había conseguido en otra ocasión anterior...
A medida que estábamos sentados, se fue llenando dicho comedor hasta completar todas las mesas, eso será por algo.





Y ya en mesa, mientras nos traen la carta, momento de empezar a relajarse y a disfrutar de este lugar y del momento.



Tranquílamente echamos un vistazo a la carta, sin prisas, sin agobios, pensando que vamos a pedir cada uno...Una carta sencilla, de esas que no tienes que estar mirando un montón de veces que pedir, porque esta es una carta sencilla, muy completa y como dije al principio, donde se fusiona la cocina tradicional con esos toques de cocina moderna e incluso cocina internacional en algunas variantes de algunos platos.
Y yo me pregunto...¿Para qué una carta tan extensa como hay en muchos sitios?.
Si el producto que ofreces es bueno, tienes una carta completa y bien compensada, es sufciente.




Y una vez que nos toman nota, nos sirven un aperitivo una especie de trufa de paté con semillas de sésamo y un polvo de pistachos, muy rico.


Una vez que nos empiezan a traer según lo que habíamos pedido los platos, empezamos por la ENSALADA DE FOIE Y JAMÓN DE PATO, CON VINAGRETA DE FRUTOS ROJOS.
Una ensalada mas que abundante, bien aliñada en su punto perfecto con la vinagreta de frutos rojos y bien compensada de foie y láminas de jamón de pato, una buena opción para el centro de la mesa.


Pedimos también para compartir, un plato caliente.Para ello un ARROZ MELOSO DE FOIE Y SETAS,  y nada de platitos simbólicos de esos que te manchan el plato y tienes que coger los granos de arroz con la punta de la cuchara porque si la llenas los demás no pueden ni coger, no no no, platos muy generosos, abundantes diría yo.Además, un arroz de lo mejorcito que he comido, con esas texturas de queso que tan bien combinan con un arroz meloso (como los rissottos), este plato otro acierto.


Y mi peque, como ya había picado algo por ahí, nada mejor que unas buenas croquetas, porque le encantan y las de aquí mucho mas, siempre que hemos venido tanto en barra como en el comedor, las pedimos...Y soy de los que digo, que si un lugar hacen las croquetas tan bien, algo que parece tan simple como eso, todo lo demás tiene que estar bueno, porque las croquetas no en todos sitios saben darle el punto adecuado, aquí si.Además, las sirvieron con abundantes patatas fritas de las de verdad, algo que a mi peque le vuelven locas (como a casi todos los críos imagino).



Y siguiendo las recomendaciones del jefe de sala, no pedimos mas entrantes, porque mi hija como mucho se comería tres croquetas y nos tendríamos que comer una cada uno ya que éramos tres adultos y la chiquinina y si queríamos llegar bien al plato principal, mejor no pedir mas entradas.Algo que siempre agradezco de los sitios, que no te engañen o traten de venderte un producto para lugo dejarlo o llenarte demasiado innecesariamente.
Y llegó lo que pedí, SOLOMILLO DE TERNERA CHARRA A LA PARRILLA.
En su punto perfecto como lo pedí (punto mas), con una decoración perfecta con esa patata asada, unos brotes y unos pimientos de padrón fritos, brutal!!!!!.


Por otro lado se pidió también CHULETILLAS DE CORDERO LECHAL A LA PARRILLA, yo no las probé porque el cordero no me gusta, pero estaban perfectas y muy ricas.


Y por otro lado, un plato que vi en otras mesas y estaba bastante solicitado el ATÚN ROJO CON TOQUES ORIENTALES.Antes de pedir, se consulta al amable camarero si el atún ha sido previamente congelado por el "anisakis" y nos dijo que si, que previamente había sido congelado y que no había ningún problema.Nos explicó antes de pedir como se componía el plato y es como con unas especies de algas marinas, cebolla roja y un atún con una pinta muy muy buena.


Ah, cabe decir, que entre los platos nos trajeron estos dos recipientes para el centro con abundantes patatas fritas caseras, de las de verdad como siempre digo y unos champiñones salteados creo que con Pedro Ximenez que estaban exquisitos.


Y no, no suelo pedir postre.Pero pedimos una TORRIJA DE BRIOCHE BAÑADA EN CHOCOLATE BLANCO Y HELADO DE YOGUR BÚLGARO...Aquí si que me tengo que detener a explicar esto.
Es una torrija que se sirve con un caramelo crujiente por encima muy fino, que hace una capa crujiente que al comerlo es muy agradable en boca, con esos sabores tan bien compensados del chocolate blanco y el yogur, una verdadera pasada que tuve que probar y que me dieron ganas de pedir otra a pesar de no ser nada goloso.



Y en ese momento dulce, en el que estás charlando tranquilamente y asombrado por dicha torrija, veo que en la ventana se posa un pajarillo mientra la tarde va cayendo tranquílamente, con ese ir y venir de la transitada plaza de Salamanca, donde mi peque, tan encantada se asoma y disfruta de tal maravilla, de la sensación de paz, de tranquilidad, de libertad, de armonía, de un emblemático lugar como es este...



Y muy aténtamente nos despedimos, con la promesa de volver otro día como en otras ocasiones ya hemos hecho.Donde el chico que nos atendió era muy amable y del que no recuerdo su nombre y eso que llevaban su nombre en su traje, aunque había una chica que también e igualmente nos sirvió los platos, muy bien el servicio.


Y según bajamos del comedor, estas son las vistas de la barra.


Y cuando sales por la puerta grande de un sitio, es cuando dices, hay que volver...


Y cuando desde arriba del comedor, estaba viendo que a pesar del fríoen  la terraza había gente, sentada, al salir entendí por qué...Porque disponen de unas estufas para la terraza y que el frío no lo quitará, pero entre un vinillo, una tapa y ese calorcito agradable se puede estar sentado en invierno disfrutando de la grandeza del lugar...


Y con mucho mas que añadir, pero por no hacerlo mas extenso, lo dejo aquí eso si, con un volveré, o mejor dicho, volvermos...


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