lunes, 28 de marzo de 2016

UN ALTO EN EL CAMINO EN RESTAURANTE LA PONDEROSA (MONESTERIO/A-66).

Monesterio, Autovía A-66/KM-722.

La autovía A-66 la denominada Ruta de la Plata, sustituyó a la carretera N-630, esa carretera que une Gijón con Sevilla.
En dicha carretera, tan sufrida para aquellos cientos de camiones que cruzaban nuestro país, carretera hacia el sur tan transitada en los periodos de vacaciones, carretera que tenía ese encanto de cruzar por esos pueblos, del contraste de paisajes, de ese camión que precedía a otro y a otro y que los adelantamientos eran verdaderas maniobras atrevidas, carretera en la que muchos vimos desgracias, pero también conocimos esa parte agradable de aquellos viajes al sur, cuando parabas en ese pueblo al amanecer para desayunar, en otro a comprar su famoso jamón, en otro el pan, a tomar un simple café para continuar otro buen rato al volante.
Han pasado los años, de aquellos viajes con mis padres y abuelos solo quedan recuerdos, la carretera N-630 se quedó sin sus camiones, sin esas infinitas caravanas atravesando pueblos y en verdad, sin ese temor al adelantamiento en esos tramos permitidos sin que de la nada apareciera el temido vehículo de frente.La carretera N-630 guardará para siempre ese silencio, esos recuerdos y las penas, desgracias, sufrimientos que presenció durante tantos años.
La autovía A-66 sustituyó a dicha carretera N-630, la cual solo es transitada por ciclistas y moteros de fin de semana, donde ya nada es como antes.
No llega ni a diez años que se abrió por completo el tramo de Mérida a Sevilla, una autovía nueva, pero donde era y es fácil quedarte sin combustible, aunque ya hay un par de gasolineras (24h).
Con la llegada de la autovía, llegaron las áreas de servicio, nada que destacar de ellas, si de criticar una que es conocida por todos los usuarios de la vía, donde parece que han montado un imperio de la hostelería de rancho o de batalla, de lo industrial y robotizado, de lo masificado de clientes al trato como animales camino del matadero, eso si, este lugar luce una bonita placa donde "gracias a la Junta de Extremadura (PSOE) se llevó a cabo su apertura.
En fin...Esa esencia de lo tradicional se sustituye por el ansia comercial, donde tratan de venderte lo industrial, lo fácil, lo rápido.Y no, no comulgo con esa idea.
Por eso, si hay un lugar de parada obligatoria en ese tramo de la Ruta de la Plata, es este: LA PONDEROSA.
Dicho lugar para mi es de obligado alto en el camino.Un lugar tranquilo, en el que paras y ves una sencilla cafetería a la que no le faltan nunca un buen puñado de coches y de camiones y que está a pie de la Autovía (A-66/KM-722).


Cuando entras en La Ponderosa, ya en la puerta te encuentras el cartel que nos dice que esta familia lleva con el negocio desde 1964 en su antíguo bar del pueblo en Monesterio, donde de igual forma se llama La Ponderosa.


Una vez que entramos, de frente una barra donde unos señores camareros, a los que no les falta una sonrisa, un trato tan agradable con los clientes y la limpieza del local, donde según entramos hay unas mesas donde están completas con gente comiendo raciones y bocatas.
Según entramos a la derecha, me encuentro esto, una buena colección de premios y menciones gastronómicas hacia este lugar.


Es la hora de comer, en mi viaje de regreso tras unos días por tierras gaditanas, ya me pide el cuerpo algo distinto a los guisos, frituras e infinidad de cosas ricas que se gastan por esa tierra, por lo que en barra, en mesa de cafetería, en la terraza de fuera o comedor puedes degustar sus raciones.
Entro al comedor, aconsejado por un amable y joven camarero, un comedor moderno, sencillo y con mesas repletas de clientes donde sus camareros de forma amable van atendiendo de forma eficaz a los comensales, donde no dejan de sacar platos mas que abundantes  dentro de ese menú del día.


Ya en mesa y carta en mano...¡sorpresa!.
Impresionante carta, impresionante variedad, impresionante menú del día y también impresionante sus precios, muy ajustados.


Donde echando un vistazo, encontramos esto...



Y su menú del día por 8€, que viendo los platos servidos en otras mesas, puedo asegurar que muy abundantes.


Una vez vista la carta, mi peque quiere macarrones porque los ha visto a otra niña de una mesa de al lado, se los pedimos y cuando trae el plato pensé que era la olla entera...¡pedazo plato macarrones con chorizo!.
Pero mi mujer y yo pedimos una ensalada para 2, en la factura ponía para 3 pero en verdad podría ser para 6.


Quería probar el bacalao a la dorada, es una de mis debilidades y tenía hambre y ya se que no en todos sitios lo hacen bien, por sencillo que parezca, pero mi sorpresa de nuevo al ver el plato, mucho mas cuando lo probé.
Ni en muchos sitios de Portugal, lo he comido tan bueno, de verdad.La cantidad la vi exagerada y así se lo dije a la chica que nos atendió con esa simpatía y que no dejaba de decirle cosas a mi peque...¡que salá!.


Y como uno venía ya con ganas de carne y Monesterio es tierra de ibéricos, no podía faltar pedir una de pluma ibérica, la cual era de igual forma abundante, con bien de patatas fritas caseras y de las de verdad (eso para mi ya dice mucho) con una salsa exquisita de "chimichurri" que va muy bien a la carne, una carne muy tierna y jugosa y por supuesto, bien hecha.


Siguiendo los consejos de la chica que nos atendía, no pedimos mas, algo que agradezco cuando me lo dicen porque soy algo exagerado pidiendo, y como vaya con hambre mas.
Eso si, un postre para rematar y para compartir, una exquisita mousse de chocolate blanco y oreo que incluso, a los no golosos como yo, nos pareció tremendo.


Un cafetillo y la cuenta, el viaje tenía que continuar y si, ya se que el comer mucho y viajar no van de la mano, pero a veces es irremediable.


Una vez pedida la cuenta, le di las gracias a la chica, le recalqué que muy bueno todo.


Con esa sensación tan agradable de poder comer muy bien en carretera, con ese buen sabor de boca que te llevas, donde ves que esos infatigables camareros con su amabilidad y no como "espantaclientes" como los de esa otra área de servicio próxima, cuando sales por la puerta sales ya pensando en que dicho lugar, es un lugar de parada obligatoria, donde de día o de noche puedes tomar el café o reponer fuerzas.
Sin mas, un lugar del que otros muchos pidían tomar nota, donde los precios son ajustados y donde no te engañan.
A continuar el viaje...


VOLVERÉ!.

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