martes, 25 de septiembre de 2018

RESTAURANTE MIRASIERRA (Mogarraz/Salamanca).

Hay lugares que gozan de una belleza tremenda, muchos de ellos masificados de turistas al reclamo de esos encantos que guardan sus paisajes, sus pueblos, sus costumbres sus gentes y este rinconcito al que acudimos hoy, donde la provincia de Salamanca nos regala en su Parque Natural de las Batuecas esta joya donde las haya, la Sierra de Francia.
Son varios pueblos los que forman esta comarca, quizás La Alberca es el que mas fama tenga, pero todos ellos guardan esa esencia rural, donde el tiempo parece detenerse y donde el paisaje te abraza hasta enamorarte de tan precioso entorno.

Dentro de esos pueblos de "La Sierra" nosotros nos detenemos en MOGARRAZ,  uno de esos pueblos que entre otras muchas cosas, su belleza habla por si sola y para que así conste, lo confirma su patrimonio artístico y cultural con ese título del que puede presumir este pueblo de tener, como es el de Conjunto Histórico-Artístico y es que sin lugar a dudas, es el pueblo mas bonito de La Sierra, sin desmerecer a los demás.
Podría hablar de su pasado judío del que todavía queda alguna pincelada, de su iglesia renacentista, de su torre separada de la iglesia, de sus fuentes, de sus museos, miradores, calles empedradas y una de las cosas mas curiosas y llamativas, sus casi 400 retratos plasmados en las fachadas de las casas, algo curioso donde el visitante puede ver las fotos de antaño, según me dijeron son las fotos que se hicieron en 1967 para el carné de identidad de los habitantes que había en el pueblo, hoy evidentemente muchos ya no están, aunque pude hablar con un señor que me explicó muchas cosas, que junto con los rostros de esos retratos, unos tristes, otros curtidos y otros mas expresivos reflejan al visitante una sensación extraña de ser tú el que observas o que seas tú al que observan, para unos esto gusta, para otros no...
Un paseo por el pueblo para contemplar su belleza, hasta la hora de comer.El paseo no muy extenso, ya que éramos un grupo de casi 20 personas con niños pequeños y encima llegamos desde otro pueblo un tanto distante en el que estábamos alojados en una casa rural, y entre el trayecto de curvas, y la mañana ya que se echaba encima, no queríamos llegar tarde al restaurante en el que teníamos la reserva.















LLegada la hora, acudimos al RESTAURANTE MIRASIERRA.




Al llegar, en la puerta, una vitrina ya te impresiona con la carne que se gastan ahí, sin entrar ya sabes que el éxito está asegurado.





Una vez dentro, empiezas a ver detalles que te dicen que no estás en uno de esos sitios cualquiera, que en estos sitios donde hay tanto turismo hay muchos sitios para comer, si, pero no en todos se come bien ni hacer honor a la gastronomía de la zona ni por asomo, aquí este certificado ya me dice algo de algunos años consecutivos con esa reseña tan prestigiosa.


Al entrar al comedor, es precioso.Una iluminación que hace un ambiente cálido y acogedor, mesas repletas de clientes, unos que se van con cara de felicidad, otros que esperan al no disponer de reserva con cara de desesperación, unos camareros que no dejan de sacar impresionantes platos y de forma inevitable viendo las piezas de carne que sirven en algunas mesas.De pronto muy atentamente un señor, creo que el jefe de sala, nos acompaña a la mesa que teníamos reservada.






Ya en mesa una vez acomodados, lo primero que hace este señor, un detalle que no había visto antes, es traer a los mas peques un pequeño entretenimiento para que dibujen, mientras nos traen la carta y le echamos un vistazo.







Todo muy apetitoso, una mesa con 18 comensales teníamos que elegir muy bien las entradas, ni para quedarnos cortos, ni pedir a lo loco, por lo que entre algunas cosas que elegimos, algunas sugerencias del señor que nos atendía y siguiendo su consejo de que no pidiéramos mas entrantes ya que las raciones mas que generosas, son gigantes, nos dejamos guiar por este señor y no por los voraces comensales que estábamos allí.
No obstante, pedimos la bebida, entre otras cosas, no puede faltar un buen vino.


ENTRANTES:

-ENSALADA DE COGOLLOS:  Ensalada tremenda, donde la ventresca de bonito era bastante abundante, las anchoas de mucha calidad y siempre apetecible una ensalada para el centro de la mesa.


-CROQUETAS MIRASIERRA: Un surtido de croquetas, no perfectas en forma que es como tienen que ser las croquetas caseras y si perfectas en elaboración, cada croqueta era gigante de pollo al chilindrón, de boletus, de morcilla de piñones, de cocido, de bacalao.


-BOLETUS EDULIS: Un salteado de boletus muy buenos (a pesar de no estar en temporada), con una elaboración muy simple a la que no le hace falta mucho mas que como venían, confitados en aceite de oliva, tremendos.


-PATATAS "MENEÁS": Este es uno de esos platos típicos de la zona, para mi gusto, no eran las mejores patatas meneás o revolconas (también se le llaman así) ya que las noté un tanto aguadas, demasiadas planas de sabor y un plato tan simple, no decía mucho.


Y estos fueron los entrantes, pedimos varios de cada uno de estos para que en cada sitio de la mesa pudiéramos tomar estos entrantes.

PLATOS PRINCIPALES:

-SOLOMILLO DE TERNERA DE MORUCHA: La ternera morucha para el que no lo sepa, es una variedad de vaca autóctona de Salamanca, de una carne muy exquisita que la hace única, no en todos los restaurantes de la zona la tienen, aquí si.
Un trozo impresionante de solomillo bien sellado por fuera y al punto por dentro, acompañado con unas patatas fritas de las de verdad y unos pimientos de padrón, carne muy muy recomendable, exquisita.



-PLUMA DE LOMO: Carne muy jugosa como es esta pieza cada vez mas famosa, la pluma.Hecha a la brasa con un toque perfecto, tamaño de la pieza de la carne bastante grande y volver a insistir en lo mismo que con el solomillo, exquisita carne y muy bien hecha.


-PALETILLA DE CABRITO: Según la carta y también el camarero al ser preguntado, se elabora confitándola durante 11 horas a 70º y glaseada con una salsa de Pedro Ximénez, yo la probé, a mi el cabrito no me va mucho, pero estaba muy jugosa y tierna, según el comensal que la pidió, posíblemente la mejor paletilla de cabrito que ha probado jamás.


-CHULETA DE MORUCHA: Lo que viene a ser el chuletón, pero chuletón de 1,5kg que es imposible que una persona se pueda comer eso.Por lo que se pidió para dos personas y sobró, carne como las anteriores, perfectas, punto deseado de la carne y de un tamaño exagerado.


-VERDURITAS AL WOK: Timbal de verduras, donde los boletus están muy presentes, con esas láminas de foie a la plancha.Una buena opción, cuando ves que ante tanto carnívoro apetece algo mas ligero.


-TERRINA DE MANITAS DE IBÉRICO DESHUESADAS: Con boletus por debajo, dos generosos medallones muy exquisitos, donde esa gelatina del colágeno hace esa costra que le da ese punto tostado y crujiente, con esa textura tan agradable que tienen las manitas y encima deshuesadas, muy ricas también.



-SUPREMA DE BACALAO: Taco de bacalao de mucha calidad, y de esto algo entiendo, insisto bacalao de mucha calidad, perfectamente elaborado, donde las lascas salen solas, donde esa salsa verde muy fina, nada grasienta y muy sabrosa al mas puro estilo de un pil-pil con esas gambas mas que abundantes, hacen que para mi este sea uno de esos platos estrellas.Si, muchos pensarán que pedir pescado en un sitio de sierra no es lo normal, se equivocan, el bacalao siempre ha estado muy presente en la gastronomía rural, ya que desde hace muchos años era el único pescado junto de mar que se podía consumir debido al salazón, hoy en día, ya vienen congelados al punto de sal, pero en este caso, de calidad muy muy superior.
En este caso, le pedí al camarero que le dijera al cocinero, que este plato para mi era exquisito, muy logrado y perfecto el punto, tanto del pescado, como de las gambas y también como he dicho, de la salsa.


Y así acabamos la comida, no pedimos postre porque teníamos merienda en otro sitio, en verdad tarta de cumpleaños.A decir verdad y como detalle curioso, se nos olvidó llevarla al restaurante, la que sin ningún problema nos dijeron que si la podíamos llevar y tomarla como postre, un detalle digno de agradecer, pero se nos olvidó.
De todas formas, nos obsequiaron con los cafés e infusiones que nos invitaron, así como unos licores de la zona.
Lugar muy muy recomendable, donde la carta es muy completa y donde estoy seguro que si vas, repites, al menos yo, nosotros, repetiremos.
Desde aquí muchas gracias a los camareros que nos atendieron, especialmente al señor mayor creo que sería el jefe de sala, el que nos aconsejó en todo momento, se ofrecieron sin pega al detalle de la tarta, a la invitación de los cafés, licores y además, posteriormente me llamaron para decirme que nos habíamos dejado unos cubiertos de uno de los mas pequeños, detalles siempre dignos de agradecer.
SALUDOS Y MIL GRACIAS MIRASIERRA, VOLVEREMOS.

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